¡Indígnate! de Stéphane Hessel
>> jueves, 30 de junio de 2011
Cuando alguien como Stéphane Hessel llama a la "insurrección pacífica", a desperezarse, a rebelarse, hay que escucharlo. Porque Hessel, a sus 93 años, sabe de lo que habla: miembro de la Resistencia francesa, superviviente de Buchenwald, militante a favor de la independencia argelina y defensor de la causa palestina, este eterno luchador es, además, el único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Por eso, cuando reclama "un motivo de indignación" para todos hay que hacerle caso. Porque "las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo", pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías étnicas. "Busquen y encontrarán", nos dice, "tomen la posta, ¡indígnense!", porque "la peor actitud es la indiferencia. Si se comportan así, perderán uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue".
Por eso, cuando reclama "un motivo de indignación" para todos hay que hacerle caso. Porque "las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo", pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías étnicas. "Busquen y encontrarán", nos dice, "tomen la posta, ¡indígnense!", porque "la peor actitud es la indiferencia. Si se comportan así, perderán uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue".
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