Aniversario de muerte de George Orwell
>> viernes, 21 de enero de 2011
George Orwell (pseudónimo de Eric Blair) nació en la India en 1903 y se educó en Eton. Entre 1922 y 1928 sirvió en la policía imperial británica, en Birmania. tras vivir en París y Londres ejerciendo diversos oficios, en 1937 viajó a España y se unió a las milicias de POUM para combatir en el frente de Aragón, donde resultó herido. De regreso a Inglaterra y durante la segunda Guerra Mundial, sirvió en la Home Guard (cuerpo de defensa civil) y trabajó para la BBC. A partir de 1943 fue editor literario y columnista de Tribune y corresponsal de guerra en Francia y Alemania para el Observer. Murió en Londres en 1950.
El león y el unicornio
y otros ensayos
"Preferiría publicar el libro bajo seudónimo. No tengo reputación que perder y si el libro tiene algún éxito siempre podré seguir usándolo." Estas palabras de Eric Blair antes de convertirse en George Orwell y publicar su primer libro, Sin blanca en París y Londres, aducen razones prácticas que hay que atender, pero todo seudónimo esconde no sólo el deseo, sino el convencimiento de ser otro. Este rasgo íntimo del escritor se extiende a toda su obra: la escritura que desvela la realidad según ese otro inalienable. En Orwell esto es visible en sus novelas y determinante en sus ensayos. La selección que aquí se ofrece nos transmite esa mirada independiente, descreída, a veces tierna y siempre solidaria que en la desolación de la primera mitad del siglo XX sólo podía venir de un ser inventado. Desde Recuerdos de un librero (las vivencias del autor en una librería de viejo) o Ay, qué alegrías aquellas (becario en un internado) hasta El león y el unicornio: el socialismo y el genio de Inglaterra, asistimos al despliegue de un mundo real visto a través de unos ojos inventados. Lo que veía George Orwell y no hubiera contado Eric Blair.
Matar a un elefante
y otros escritos
"Mis sentimientos son sin duda alguna de 'izquierdas', pero creo que un escritor sólo será honesto si se mantiene al margen de las etiquetas partidistas". Este párrafo pertenece a una breve nota autobiográfica de uno de los escritores más conscientes del valor documental de la palabra escrita y de los valores estéticos que se desprenden de su escrupuloso respeto. Novellista, ensayista brillante y maestro de periodistas, George Orwell vertió en sus columnas semanales para Tribune, publicadas bajo el epígrafe A mi antojo, toda la libertad e ironía que sus lectores conocen. La selección que aquí se incluye -junto con sus diarios de guerra, sus ensayos sobre el colonialismo o la corrupción del lenguaje y el clásico Recuerdos de la Guerra Civil española, entre otros- le sugiere a Arcadi Espada, autor del prólogo, la siguiente reflexión: "Creo que sus lecciones, algunas realmente visionarias, nos ayudarán durante mucho tiempo [...] Porque es en esa literatura donde se puede apreciar uno de los rasgos del clásico. La voz. La voz de Orwell se oye. Íntimo siempre, hasta en la arenga.
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